¿Alguna vez te has detenido a observar lo maravillosa que es la naturaleza y su especial conexión?
Esta fue la primera gran revelación que descubrió Roberto Manrique en su recorrido por más de 6896 km, a través de 3 países, culturas, poblaciones y mágicos ecosistemas. Espacios y momentos que solo corroboraban una gran verdad y es que la naturaleza es sabia y está interconectada con todos y cada uno de los elementos y seres que la habitan sin menospreciar el más mínimo de ellos.
¿Hemos sido ingenuos?
Cuando pensamos en la naturaleza quizá muchos de nosotros hemos cometido la ingenuidad de habituarnos tanto a ella que no vemos ni comprendemos su asombrosa complejidad, algo que solo puede ser el resultado de alejarnos y desconectarnos tanto de ella.
Nuestro modelo económico que tiende a promover el consumismo y a crear necesidades en nombre del progreso, nos ha hecho más egoístas en la medida que hemos ido generando un deterioro creciente de quien nos lo ha dado todo: La Madre naturaleza.
Y cómo pagarle así a quien siempre ha estado ahí… demostrándonos su existencia, su abundancia y a la vez su increíble poder sobre nosotros y del cual sólo somos conscientes cuando ELLA sacude nuestras vidas con fenómenos extremos como los mismos terremotos, tsunamis o huracanes por solo mencionar algunos y los cuales hacen parte de sus procesos naturales de regulación.
Un momento… ¿procesos naturales de regulación? Si tal cual, pero ¿qué quiere decir esto?.
¿La tierra está viva?
En el año 1969 Salió al mundo una hipótesis que cambiaría nuestro concepto de la tierra para siempre… La Hipótesis Gaia propuesta por James Lovelock y que luego fue apoyada por Lynn Margullis y en la que de la forma más increíble se afirma que nuestro planeta se comporta como un SUPERORGANISMO, un sistema organizado e inteligente en donde la vida se autorregula mediante condiciones como la temperatura, la salinidad de los océanos, la composición de la atmósfera por solo mencionar algunas de ellas.
¿No te parece asombroso? Estamos hablando de la posibilidad de considerar que la tierra es un sistema autorregulado que siempre tiende al equilibrio, tal cual como lo hace un organismo. En donde a partir de unas condiciones iniciales, ha sido la propia vida la que las ha ido modificando y esto solo nos lleva a determinar que: la realidad o las condiciones actuales de nuestro planeta serian el resultado y consecuencia de la vida que lo habita y así mismo se comportará con base en lo que hagamos cada día.
¿Y esto qué tiene que ver con nuestras acciones?
Si bien esta hipótesis aceptada por muchos y cuestionada por otros no ha sido comprobada, si se abre una puerta enorme a reflexionar sobre la importancia de nuestras acciones y como estas sean grandes o pequeñas, pueden tener un impacto en todo el sistema del cual hacemos parte.
De esta forma, es fundamental que ¡pensemos y actuemos como seres que son parte de un todo!, porque nuestra vida solo es posible gracias a nuestra madre tierra y a todos los valiosos recursos que nos ofrece. Desde que iniciamos cada día estamos siendo parte de un ciclo y la estamos impactando, desde que abrimos la llave para bañarnos o prepararnos un café, al preparar y tomar los alimentos u otra acción que para nosotros es habitual, pero que no nos imaginamos cómo podemos estar cambiando o alterando este superorganismo que tarde o temprano también va a terminar modificando nuestra vida.
Por Eso…”BienAventurados quienes reconocen que todo es parte de algo más grande e igual de importante”
¿Crees que la hipótesis Gaia pueda ser cierta? ¿Qué deberíamos hacer para reducir el impacto en nuestra tierra?
Te invitamos a profundizar en esta revelación en el capítulo 1 “Todo está conectado” de la serie web “Revelaciones del Camino” donde puedes encontrar los más profundos aprendizajes de mi viaje JuntosXLaTierra, un viaje de 28 días por Ecuador, Perú y Chile, solo y sin dinero, intercambiando casa, comida y transporte por la promesa de plantar árboles y así crear conciencia ambiental.